domingo, 1 de agosto de 2010

Desarrollo Psicosexual- Freud

Por Ivanna Toya.
A medida que un individuo se va desarrollando, pasa por diferentes etapas, cambios en su cuerpo y en sus relaciones con los demás.
Estas etapas son denominadas de evolución de la líbido; que es la energía que corresponde a la sexualidad.
Según Freud, el individuo busca distintas formas de satisfacción sexual, y sus fantasías. Él describió las etapas y las zonas donde se centra el placer en cada momento del desarrollo; y nos permiten comprender las características de la personalidad y el comportamiento.
Por ejmplo, cuando el bebé es bañado, cuando se apega al pecho, biberón o chupete, por el mero placer que le provoca la succión y el contacto. Estas sensaciones visuales, táctiles y aditivas son los primeros objetos de amor para él.
En psicoanálisis se distguen diferentes etapas del desarrollo de la líbido:
  • Etapa oral
  • Ciclo anal
  • Etapa fálica
  • Complejo de Edipo
  • Etapa de latencia
  • Pubertad y adolescencia
Etapa oral

Desde el nacimiento hasta el destete. El niño poco a poco se va identificando con su madre; y si ella le sonríe él también, si ella habla él balbucea, etc.
Durante la dentición el dolor se calma al morder. El mordisco es su manifestación agresiva, pero es sano para el bebé que lo haga, por lo tanto se recomienda a las madres retirarles el pecho antes de éste período, para que muerda y chupe otros objetos, sin provocar la prohibición.

Fase oral

El bebé se encuentra en un estado de desamparo total y esto hace que dependa de su madre; a través del llanto el recién nacido pedirá para obtener la satisfacción de sus necesidades. Ejemplo, cuando llora le responden con una mema, o se lo toma en brazos; así el bebé construye un vinculo con su madre, que lo satisface y que será de suma importancia en su desarrollo.
El juego en esta etapa es una actividad que proporciona placer autoerótico, porque se produce en el propio cuerpo. Por lo general está relacionado con la alimentación. Poco a poco al separarse de su madre el niño comienza a transferirle las propiedades de su cuerpo a "objetos transicionales"(objetos de apego), ya que permiten crear un espacio intermedio entre el bebé y la mamá. Estos objetos son acariciados y maltratados(líbido y agrasión) para expresar su ambivalencia afectiva.

Etapa anal

En esta etapa el niño descubre junto con el control del esfínter el poder que esto le trae, dar o no dar, según quiera. Se adueña de su cuerpo, él decide si quiere o no ir al baño. Su independencia comienza a tomar forma.
La expulsión de los excrementos produce emociones contradictorias en el niño, por un lado intenta recompensar a la madre con ellos y por el otro cuando se constipa expresa el desacuerdo o la negación de los deseos de la madre.
El niño siente placer cuando es higienizado por su madre, esto es una de las dificultades que el niño sufre al pasar por esta etapa, al no tener esa satisfacción el niño se niega a controlar el esfínter y esto dificulta aún más su desarrollo.
Por otro lado el niño al descubrir este manejo de su cuerpo, se siente grande, mayor e importante como algún amigo o hermano mayor que ya lo hace; y si es alagado, felicitado y hasta recompensado por ello la satisfacción de haber superado esta etapa es aún mayor que la satisfacción al ser higienizado por su madre.
El control del esfínter requiere dos renuncias: por un lado renunciar a jugar con sus propios excrementos y por otro debe renunciar a hacer sus necesidades en cualquier sitio y horario.
El niño trata de imitar al adulto en sus gestos y en sus palabras.
En esta edad el niño comienza a jugar con agua, con arena, y con barro; a desplazarse sólo y a adueñarse de los movimientos de su cuerpo, sabiendo que quiere o no hacer. En esta etapa la ambivalencia es la base de la conducta, en la que aparece la tendencia al amor y al odio hacia el objeto de amor. El pensamiento funciona como un esquema de opuestos.
Toda mujer es una mamá, buena o mala, grande o pequeña, allí empiezan las comparaciones. Los objetos que se oponen a su voluntad son malos y el les pega.
las reacciones agresivas deben ser desplazadas a los muñecos, los animales o a otros objetos que remplacen a los padres. En este momento el niño toma esta realidad afectiva como objetiva, tan solo registra las repercuciones agradables o desagradables que tiene su propia existencia.

Fase anal

Esta fase se inicia por el avance de maduración. En esta fase la "caca" para el noño adquiere un importante valor, ya que le otorga un carácter de "regalo" que entrega como signo de amor a su madre. Pero también cobra una carga agresiva, constituyendo un elemento a través del cual se descargan desilusiones y frustraciones con los objetos amados. En esta etapa cobra importancia la amivalencia afectiva: amor -odio.
El juego en esta fase es donde el niño le da un enorme placer por la suciedad y el desorden, así como por el dominio y la destrucción, que están relacionados con la zona corporal dominante y la actividad que despliega el niño en esta etapa.
En este juego se utilizan varios objetos como por ejemplo: juguetes para llenar y vaciar, que puedan rodar(a paritr de los cuales el niño experimenta un gran placer), etc.

Etapa fálica

Esta etapa va desde los 4 a los 6 años; en la que la niña y el niño descubren sus órganos sexuales, a causa de la exitación de la micción y por los locamientos repetidos que tienen lugar durante el aseo.
Los bebés tienen juegos eróticos manuales y generalmente esta actividad que ellos realizan cesa por si misma y vuelve a aparecer a los 3 años.
Descubren la diferencia de sexos.
Los padres le imponen una renuncia al interés que tienen por tocarse, en nombre de la estética y la moral; y el niño se adapta a dicha imposición a fin de retener el amor paternal. Cuando lo logra, se vuelve a centrar en su interés por los genitales.
Los niños de esta edad empiezan los "porque". Cuando los adultos le responden sus preguntas sexuales, el niño percibe lo prohibido. El papel de las relaciones sexuales entre los padres todavía resulta oscuro.
Entre los 4 y 5 años aparecen otros tipos de preguntas como el de:¿cuál es la diferencia entre niño y niña?. Los padres intentan explicar que la niña no tiene pene. El niño trata de negarlo pensando que tiene uno mas pequeño o que le va a crecer. Sin embargo, piensa que la madre también tiene pene, pues al niño le resulta imposible creer que la madre carezca de el.
A medida que el niño crece, la madre ya va dejando de ocuparse de él en forma exclusiva.
El niño necesita menos compañía, juega más con sus juguetes y su voz.
La observación de la actividad de la madre y la reflexión sobre sus palabras lo conducen a adquirir dos nociones importantes; aparece el obedecer, o el portarse bien con la promesa de que si se porta bien recibirá tal cosa. Los niños no temen perder el amor de sus padres, porque lo tuvieron o porque no lo tuvieron incondicionalmente, tienen problemas de conducta.
El niño descubre la muerte en esta etapa, al observar a los animales, pregunta acerca de las causas de su muerte que el atribuye a la vejez. "Matar es inmovilizar", ese es el sentido que cobra al principio la muerte para el niño.
El niño o la niña descubre que ya no son el único amor de la madre, que pueden ser abandonados por otros interéses de ella: su padre y sus hermanos se transforman en sus rivales.
En el estadio anal, la niña se interesa por cambiar y bañar a las muñecas y por lavar trapos. El niño juega con más piedras, con autos, con trenes.
Ella se empieza a preocupar por su arreglo personal, le saca los cosméticos a la mamá, se pone su ropa, sus zapatos, se identifica con ella, la imita en gestos, en palabras, etc.
El niño se entrega a juegos más agresivos, juega con bastones, con palos, los transforma en fusíles, en revólveres, y se complace con dar miedo y ordenar. Cuando puede, se pone la ropa del padre.
Hacia los 4 años y medio, el varón juega con golpear y matar a su padre en la lucha emocional con él y trata de acaparar toda la ternura de su madre, le promete casarse con ella y tener hijos: entra en el período del complejo de Edipo.
La niña vive un período similar, hacia los 3 años y medio, se comporta de manera seductora con su padre, se muestra coqueta y afectuosa, centra su interés en él. Se muestra celosa de él y trata de acaparar su atención y su afecto.
Pero para el niño y la niña la pareja de los padres en esta etapa resulta una frustración, y muchas veces los progenitores los mandan a jugar para poder quedar a solas en su intimidad y el niño se siente impotente y celoso.
Si el niño asiste a las relaciones sexuales entre los padres, sea porque los sorprende; las imagina como una especie de batalla violenta. A esto se le denomina "escena primaria"(coito entre los padres).
Las nuevas teorías psicológicas sobre la sexualidad femenina ponen el énfasis en la revalorización del rol femenino: la mujer no se dirigía al padre, porque la madre no tiene pene, sino para comprobar si él esta tan orgulloso de ella, porque es tan femenina como la madre.

Complejo de Edipo en el varón

Hasta aquí los niños creen que tanto la madre como el padre tienen pene.
La angustia de castración, o sea el temor a la pérdida del pene, parte de una falsa interpretación de la realidad, pero el niño no puede escapar a esta angustia ya que el peligro que siente está motivado en su fantasía. El niño es consciente del malestar, pero lo niega y lo interpreta como provocado por el exterior, y su razón lo obliga a encontrar una causa.
La angustia de castración es consciente, y es lo que determina que el niño se aleje de la relación con su madre. Por eso Freud en sus trabajos dice que la diferencia entre el niño y la niña es que el niño sale del complejo de Edipo por la angustia de castración, en cambio la niña entra en el complejo de Edipo por la misma angustia.
Hacia los 3 o 4 años, el niño se comporta en relación con la madre como un adulto, quiere ocupar el lugar del padre. Para el niño, hasta esta etapa, el más importante amor ha sido la madre y sigue siéndolo.
El niño siente deseos agresivos y de muerte hacia el padre, y deseos de apropiación hacia la madre. El niño enfrenta al padre, lo subestima, lo cela, porque él es su rival frente a su objeto de amor. El niño declina la agresividad hacia el padre para, en efecto, poder identificarse con él.
Ya que la competencia con el padre despierta la angustia de castración, sino se resuelve de esta forma, puede tener severos trastornos en la sexualidad y la personalidad.
La finalización del complejo de Edipo abre al niño comportamientos escolares y lúdicos, y su vida afectiva comienza a dirigirse hacia otras personas fuera de su familia.

Complejo de Edipo en la niña

En la etapa fálica a los 3 años y medio, la niña descubre que hay unas criaturas poseedoras de un pene que "ella no tiene".
Comienza por negar esto que le pasa, se pone celosa pero sabe que en algún m omento le crecerá.
Freud describe como esta envidia del pene, acompaña la fantasía masturbatoria de la niña. Este es un período donde la niña tiende a exhibirse, se quiere mostrar desnuda, se levanta la pollera, etc. Esta es la reacción normal de la niña frente a la angustia de castración.
La niña descubre entonces que debe renunciar para siempre con la idea de tener un pene, ya que su madre no lo había tenido nunca.
El interés de la niña se desplaza hacia el cuerpo o el rostro y empieza a adornarse, a peinarse, a ponerse collares y flores en el pelo; esto parece ser una compensación por aquello a lo que ha tenido que renunciar.
Comienza a tratar de conquistar al padre. Se dirige hacia él, a quién considera superior y atractivo a su madre. La niña se vuelca cada día más hacia su padre, declarando abiertamente su deseo de tenerlo como marido, es donde empieza a tener fantasías agresivas en donde mata a la madre y se queda con él.
Si el padre no la alienta y no la estimula en esta fantasía, le impone una ley donde ella progresivamente debe renunciar a sus deseos.
En la adolescencia es cuando pueden anunciarse restos de complejo edípico; el padre, sino esta celoso, estimula a la adolescente para que se relacione con otros chicos, con lo cual podrá pasar de su padre como objeto de amor, aun sustituto del mundo exterior.

Etapa de latencia

Es una etapa que se emplea en la adquisición de los conocimientos necesarios para la vida. Se olvidan las vivencias sexuales infantiles y este olvido posibilita la escolarización.
A esta edad pueden aparecer trastornos escolares o dificultades para expandirse socialmente, porque el niño no tiene confianza en sí mismo. La causa puede ser de una deficiencia intelectual real; pero generalmente las dificultades obedecen a conflictos emocionales que padecen los niños debido a distintas situaciones, tales como divorcio, duelos, enfermedades y/o peleas que perturban la atmósfera familiar.
La líbido que antes estaba depositada en el progenitor del sexo opuesto, ahora esta puesta al servicio de actividades escolares de aprendizaje.
De este modo el niño queda libre para establecer vínculos con grupos de pares, maestros  y otras personas.

Adolescencia o genitalidad

Durante ésta etapa se produce una transformación, por lo cual la consideramos como un tipo de cambio, aparece el despertar sexual, pero no el primero. Se le llama "secundario", porque ya durante la primera infancia el niño ha atravesado por un primer despertar sexual.
Adolescencia se refiere a hacerse grande, estar en crecimiento, lo cual ha llevado a considerar la adolescencia como la etapa previa a la adultez. Freud na habla de "adolescencia" sino de "pubertad". Y nombra la metamorfósis que se produce con el despertar sexual: la resignificación de la dramática edípica.
En este momento se alcanzan la amplitud para el coito y la capacidad reproductora. Pero la inmadurez psicológica del adolescente hace que este fin no sea logrado fácilmente.
La pubertad se presenta entonces como un salto, una interrupción  que discontinua los tiempos de la infancia.
Los cambios más importantes son: la liberación de la autoridad de los padres; el sepultamiento del complejo edípico, el encuentro de un objeto de amor en el mudo exterior al familiar y que se accede a la conformidad sexual definitiva.

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