domingo, 16 de mayo de 2010

Subestadio 1 (0-1mes).El ejercicio de los reflejos innatos.

Por Katherine Elizalde
El recién nacido es ya un ser activo. Los reflejos innatos le proporcionan un repertorio conductual mínimo pero suficiente para sobrevivir. La conducta refleja se desencadena automáticamente cuando se produce una determinada estimulación.Algunos reflejos tiene que ver con los estados internos del organismo como por ejemplo hambre, molestar, sueño, etc. Mientras que otros están más relacionados con cambios en el entorno físico inmediato.
Algunos ocurren aislados, como reflejos simples ejemplo el estornudo y otros se encadenan en un complejo de reflejos ejemplo el contraer los labios en busca del pezón.
Desde los primeros días y durante las primeras semanas de vida, los reflejos evolucionan de modo desigual, así se pierden aquellos carentes de utilidad funcional más allá del momento mismo del nacimiento, mientras otros, cuyo valor adaptativo se mantiene toda la vida, permanecen inalterados o las prácticas sociales regulan su manifestación.
El ejercicio del reflejo es fundamentalmente repetición de un esquema motor invariable, esta repetición no es siempre exacta, pues la estimulación activadora de algunos reflejos no se presentan exactamente igual cada vez; entonces la conducta del recién nacido  debe adaptarse a los cambios.
Como la mayor parte de la estimulación que recibe el bebé es generada por su  entorno  humano a través de cuidados y contactos, desde los primeros momentos de vida tiene lugar este moldeamiento social del ejercicio de los reflejos.
Durante el primer subestadio del desarrollo de la inteligencia sensoriomotora,  caracterizada por la repetición  de los esquemas motores innatos, el proceso fundamental en la adaptación es la asimilación: la experiencia derivada del ejercicio del reflejo permite  al recién nacido adaptarse a nuevas condiciones estimulares repitiendo asimiladoramente el mismo esquema de acción.
La asimilación presenta tres aspectos: repetición, generalización y reconocimiento.
La diversificación resultante de la asimilación recognoscitiva anuncia un nuevo modo de adaptación a las cambiantes condiciones del entorno: la acomodación, esto es, la modificación de los esquemas de respuesta como resultado de la experiencia con los objetos .
La succión: conducta muy organizada desde el nacimiento y vital para la supervivencia. Su evolución nos sirve para ilustrar cómo se construyen los esquemas sensoriomotores a partir de la conducta innata organizada biológicamente. Cuando el pezón roza los labios del bebé activa el reflejo de succión. Muy pronto aparecen movimientos  de succión sin la presencia del estímulo provocador: la función se impone al objeto ( chupar por chupar ).
Cuando ocurre esta repetición independiente del objeto, el esquema motor se activa por asimilación funcional y el recién nacido no tarda en llevarse a la boca y succionar cualquier objeto situado a su alcance; en estos casos el reflejo se desencadena por asimilación  generalizadora. Esta experiencia le permite diferenciar lo chupable que alimenta que activa el reflejo de succión y acompañado del de deglución y lo chupable que no alimenta evoca la succión sin deglución.
El reconocimiento de los objetos a través del ejercicio del  equema de acción reflejo, es decir , la asimilación recognoscitiva, anticipa la acomodación de los esquemas.
En resumen, la evolución de las conductas innatas tanto por el ejercicio diferencial de los reflejos como por la influencia diversificadora del entorno, anuncia las primeras adaptaciones del recién nacido e inicia la contrucción de los esquemas sensoriomotores.     

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