martes, 27 de julio de 2010

DESARROLLO DEL APEGO

 POR: KATHERINE ELIZALDE
El apego es un vínculo emocional recíproco y perdurable entre el niño y un cuidador. El apego tiene su valor adaptativo para los bebés ya que les asegura que tanto sus necesidades psicosociales como físicas serán cubiertas.


TIPOS DE APEGO

Apego seguro: los bebés lloran y protestan cuando la madre se va y la reciben felices cuando regresa. La utilizan como una base segura, se da en un 65% de los bebés. Los bebés son sociables con extraños mientra la madre la madre esta presente.
Apego rechazante: casi nunca lloran cuando la madre se va y la evitan cuando regresa.
Los bebés tienden a mostrarse enojados y no la buscan cuando la necesitan les disgusta que los carguen, pero les molesta mas cuando los dejan.
Apego resistente: se sienten ansiosos aun antes de que la madre se vaya y se muestran muy molestos cuando lo hace, cuando regresan la busca demostrando su ambivalencia al buscar el contacto con ella, al mismo tiempo se resisten por medio de pataleos.
Los bebés resistentes difícil de tranquilizar.
Apego desorientado: los bebés con el patrón desorganizado suelen manifestar conductas inconsistentes y contradictorias. Reciben a la madre alegremente cuando regresa, pero después se alejan o se acercan sin mirarla.
Es más probable que ocurra en bebés cuyas madres son insensibles, intrusivas o abusivas.

ESTABLECIMIENTO DEL APEGO
Tanto las madres como los bebés contribuyen a la seguridad del apego mediante la forma en que se responden entre si.
Cualquier actividad por parte del bebé que conduzca a una respuesta de un adulto puede ser una conducta de búsqueda del apego; succionar, llorar, sonreír, aferrarse o buscar la mirada del cuidador. A las ocho semanas, los bebés dirigen estas conductas hacia su madre. Estos son exitosos cuando la madre responde calidamente y ofrece al bebé contacto físico frecuente y libertad para explorar.
Las conductas de apego varían entre las culturas.
El modelo funcional del apego del bebé está relacionado con el concepto de la confianza. Un apego seguro refleja confianza, un apego inseguro refleja desconfianza, los bebés con un apego seguro han aprendido a confiar no sólo en sus cuidadores sino en sus propias habilidades para obtener lo que necesitan.
Los bebés que lloran mucho y cuyas madres responden tranquilizándolos suelen tener un apego seguro.
Las madres de bebés y niños pequeños con apego seguro suelen ser sensibles.
Los factores contextuales pueden afectar el apego. Uno de ellos es el hecho de que la madre trabaje, más su actitud hacia la separación que esto causa.
Parece que los bebés desarrollan el apego con ambos padres aproximadamente al mismo tiempo y la seguridad del apego al padre y ala madre suelen ser similares. Si no es así en ocasiones un apego seguro con el padre puede contrarrestar un apego inseguro con la madre.

TRESMICIÓN INTERGENERACIONAL DE LOS PATRONES DE APEGO
La forma en que la madre recuerda el apego que tuvo con sus padres parece anunciar la forma en que sus hijos se apegarán a ella.
Aparentemente la forma en que los adultos recuerdan las experiencias tempranas con sus padres o cuidadores afecta la manera en que responden a sus propios hijos.
Lo importante no es la forma en que una madre realmente estuvo apegada en su niñez, sino la forma como recuerda su apego.
La percepción de los adultos de sus propios apegos tempranos puede estar afectada por experiencias posteriores, como el abuso físico, o sexual, enfermedades graves o la muerte de uno de sus padres.

ANSIEDAD ANTE LOS EXTRAÑOS Y ANSIEDAD DE SEPARACIÓN
La ansiedad de separación y la ansiedad ante los extraños solían considerarse fundamentos de la segunda mitad de la infancia ya que reflejaban el apego con la madre.
La ansiedad ante los extraños implica el recuerdo de las caras, la habilidad de comparar la apariencia de un extraño con la de la madre.
La ansiedad de separación puede deberse no tanto a la separación en si misma sino a la calidad del cuidado sustituto.

EFECTOS A LARGO PLAZO DEL APEGO
La seguridad del apego parece afectar la competencia emocional, social y cognoscitiva.
Mientras más seguro es el apego de un niño a un adulto cuidador, más fácil es para el niño volverse eventualmente independiente de ese adulto y establecer buenas relaciones con otras personas.
Si los niños cuando fueron bebés tuvieron una base segura y pudieron contar con la respuesta de los padres o cuidadores, es probable que tengan la confianza suficiente para involucrarse activamente en su mundo.
Los niños en la etapa de los primeros pasos que lograron un apego seguro poseen un vocabulario más amplio y más variado que aquellos que tienen un apego inseguro.
Los niños con un apego inseguro manifiestan más emociones negativas, mientras aquéllos con un apego seguro son más alegres.
De los tres a los cinco años los niños con un apego seguro son más curiosos, competentes, empáticos, tienen una mayor capacidad de recuperación y mayor confianza en si mismos, se llevan mejor con otros niños y tienen mayores posibilidades de formar amistades cercanas, interactúan de una manera más positiva con sus padres, con los maestros de preescolar y con los pares; tienen una mayor capacidad para resolver conflictos y tienden a poseer una autoimagen más positiva.
Parece que el apego seguro prepara a los niños para la intimidad de la amistad.
Los niños con un apego seguro tienden a establecer las amistades más cercanas y más estables.
Los bebés con un apego inseguro suelen tener inhibiciones a los dos años; tienden a ser hostiles hacia otros niños a los cinco años, y se muestran dependientes durante los años escolares.
Los niños con un apego desorganizado son propensos a tener problemas de conducta en la escuela y trastornos psiquiátricos a los 17 años. Sin embargo, es posible que las correlaciones que existen entre el apego en la infancia y el desarrollo posterior provengan, no del propio apego, sino de características de la personalidad que afectan tanto al apego como a las interacciones padre-hijo después de la infancia.
El apego es un vínculo emocional recíproco y perdurable entre el niño y un cuidador. El apego tiene su valor adaptativo para los bebés ya que les asegura que tanto sus necesidades psicosociales como físicas serán cubiertas.

TIPOS DE APEGO
Apego seguro: los bebés lloran y protestan cuando la madre se va y la reciben felices cuando regresa. La utilizan como una base segura, se da en un 65% de los bebés. Los bebés son sociables con extraños mientra la madre la madre esta presente.
Apego rechazante: casi nunca lloran cuando la madre se va y la evitan cuando regresa.
Los bebés tienden a mostrarse enojados y no la buscan cuando la necesitan les disgusta que los carguen, pero les molesta mas cuando los dejan.
Apego resistente: se sienten ansiosos aun antes de que la madre se vaya y se muestran muy molestos cuando lo hace, cuando regresan la busca demostrando su ambivalencia al buscar el contacto con ella, al mismo tiempo se resisten por medio de pataleos.
Los bebés resistentes difícil de tranquilizar.
Apego desorientado: los bebés con el patrón desorganizado suelen manifestar conductas inconsistentes y contradictorias. Reciben a la madre alegremente cuando regresa, pero después se alejan o se acercan sin mirarla.
Es más probable que ocurra en bebés cuyas madres son insensibles, intrusivas o abusivas.


ESTABLECIMIENTO DEL APEGO
Tanto las madres como los bebés contribuyen a la seguridad del apego mediante la forma en que se responden entre si.
Cualquier actividad por parte del bebé que conduzca a una respuesta de un adulto puede ser una conducta de búsqueda del apego; succionar, llorar, sonreír, aferrarse o buscar la mirada del cuidador. A las ocho semanas, los bebés dirigen estas conductas hacia su madre. Estos son exitosos cuando la madre responde calidamente y ofrece al bebé contacto físico frecuente y libertad para explorar.
Las conductas de apego varían entre las culturas.
El modelo funcional del apego del bebé está relacionado con el concepto de la confianza. Un apego seguro refleja confianza, un apego inseguro refleja desconfianza, los bebés con un apego seguro han aprendido a confiar no sólo en sus cuidadores sino en sus propias habilidades para obtener lo que necesitan.
Los bebés que lloran mucho y cuyas madres responden tranquilizándolos suelen tener un apego seguro.
Las madres de bebés y niños pequeños con apego seguro suelen ser sensibles.
Los factores contextuales pueden afectar el apego. Uno de ellos es el hecho de que la madre trabaje, más su actitud hacia la separación que esto causa.
Parece que los bebés desarrollan el apego con ambos padres aproximadamente al mismo tiempo y la seguridad del apego al padre y ala madre suelen ser similares. Si no es así en ocasiones un apego seguro con el padre puede contrarrestar un apego inseguro con la madre.

TRESMICIÓN INTERGENERACIONAL DE LOS PATRONES DE APEGO
La forma en que la madre recuerda el apego que tuvo con sus padres parece anunciar la forma en que sus hijos se apegarán a ella.
Aparentemente la forma en que los adultos recuerdan las experiencias tempranas con sus padres o cuidadores afecta la manera en que responden a sus propios hijos.
Lo importante no es la forma en que una madre realmente estuvo apegada en su niñez, sino la forma como recuerda su apego.
La percepción de los adultos de sus propios apegos tempranos puede estar afectada por experiencias posteriores, como el abuso físico, o sexual, enfermedades graves o la muerte de uno de sus padres.

ANSIEDAD ANTE LOS EXTRAÑOS Y ANSIEDAD DE SEPARACIÓN
La ansiedad de separación y la ansiedad ante los extraños solían considerarse fundamentos de la segunda mitad de la infancia ya que reflejaban el apego con la madre.
La ansiedad ante los extraños implica el recuerdo de las caras, la habilidad de comparar la apariencia de un extraño con la de la madre.
La ansiedad de separación puede deberse no tanto a la separación en si misma sino a la calidad del cuidado sustituto.

EFECTOS A LARGO PLAZO DEL APEGO
La seguridad del apego parece afectar la competencia emocional, social y cognoscitiva.
Mientras más seguro es el apego de un niño a un adulto cuidador, más fácil es para el niño volverse eventualmente independiente de ese adulto y establecer buenas relaciones con otras personas.
Si los niños cuando fueron bebés tuvieron una base segura y pudieron contar con la respuesta de los padres o cuidadores, es probable que tengan la confianza suficiente para involucrarse activamente en su mundo.
Los niños en la etapa de los primeros pasos que lograron un apego seguro poseen un vocabulario más amplio y más variado que aquellos que tienen un apego inseguro.
Los niños con un apego inseguro manifiestan más emociones negativas, mientras aquéllos con un apego seguro son más alegres.
De los tres a los cinco años los niños con un apego seguro son más curiosos, competentes, empáticos, tienen una mayor capacidad de recuperación y mayor confianza en si mismos, se llevan mejor con otros niños y tienen mayores posibilidades de formar amistades cercanas, interactúan de una manera más positiva con sus padres, con los maestros de preescolar y con los pares; tienen una mayor capacidad para resolver conflictos y tienden a poseer una autoimagen más positiva.
Parece que el apego seguro prepara a los niños para la intimidad de la amistad.
Los niños con un apego seguro tienden a establecer las amistades más cercanas y más estables.
Los bebés con un apego inseguro suelen tener inhibiciones a los dos años; tienden a ser hostiles hacia otros niños a los cinco años, y se muestran dependientes durante los años escolares.



Los niños con un apego desorganizado son propensos a tener problemas de conducta en la escuela y trastornos psiquiátricos a los 17 años. Sin embargo, es posible que las correlaciones que existen entre el apego en la infancia y el desarrollo posterior provengan, no del propio apego, sino de características de la personalidad que afectan tanto al apego como a las interacciones padre-hijo después de la infancia.

1 comentario: